viernes, 25 de abril de 2008

La salamandra


Hace mucho tiempo, en un lugar cubierto por la nieve, las salamandras eran de un color blanco para camuflarse en la nieve.

Celina, la reina de todas las salamandras, la más blanca y bella, tuvo una hija, Arabella. Arabella era diferente a las demás salamandras, tenía un color verde pistacho, casi marrón. Cada vez que alguna otra salamandra la veía no hacían otra cosa que reírse de ella y insultarla. Arabella estaba muy triste por su desgracia y decidió ir en busca de otras salamandras como ella. Llego a un gran lugar donde no había nieve y todo estaba cubierto de hierba del mismo color que Arabella. Mientras caminaba, se encontró un mono que intentaba salir de una jaula donde un humano le había metido. Arabella, camuflándose entre la hierba, consiguió salvar al mono y este, le dijo que cumpliría su deseo de que las salamandras que no eran como ella no se rieran de ella, acto seguido, el mono se convirtió en luz y Arabella volvió a casa. Cuando llego, el suelo blanco por la nieve, se havia convertido en hierba de el mismo color que la del lugar donde ella fue y, además, todas sus compañeras intentaban esconderse sin éxito, de un humano que intentaba cazarlas. Rápidamente, Arabella entendió lo ocurrido. Al cambiar de color el suelo, las salamandras blancas no podían camuflarse y aterrorizada gritó al cielo:

-¡Eso no era lo que quería! ¡Las van a matar!

De repente todas las salamandras se tornaron del mismo color que ella y pudieron camuflarse. A partir de ese día, Arabella no solo se convirtió en la reina de las salamandras, si no en la mas bella de todas ellas.

pucca