En un principio
un espejo roto
un destino indeciso,
rezando que fuera corto.
Un pobre niño
hijo de un amor injusto
al que no faltaba cariño
aunque ella se fue de su mundo.
Empezar una vida,
prometedora y brillante,
donde el amor quema,
con una pasión ardiente.
Su exilio por guerra
no evitó su alegría
y no hizo sacar pena
ya que acompañada envejecía.
Ella acabo sola,
en una eterna primavera
con rosas en los jardines,
agua que corría,
y sin ninguna compañía.